¡Me duelen las lumbares!. Este es uno de los principales motivos de visita que me encuentro en mi consulta. Me preocupaba enormemente encontrarme con estas dolencias en un alto porcentaje de mis pacientes y que además el 90% de estos pacientes padecía un dolor lumbar crónico, es decir, que al menos tenía 3 episodios anuales con este dolor, o bien tenía un proceso de evolución de 30 días, o en otros casos, el tratamiento con analgésicos y anti inflamatorios no les funcionaba. Esto me hizo trabajar en este aspecto y estudiar en mayor profundidad sus causas y sus tratamientos.
Son muchos los factores de nuestro día a día que influyen en la cronificación del dolor. A nivel emocional, el estrés, las preocupaciones o simplemente el hecho de no poder practicar tus hobbies son motivos suficientes para crear tensión muscular . Por otro lado, a nivel físico, la falta de tonificación de los músculos, tiene una gran importancia como causa para que el dolor se mantenga en el tiempo.
Para conseguir un correcto funcionamiento de la zona lumbar tiene que haber una buena estabilización, que se consigue con una buena musculatura, ligamentos, cápsula articular…. Si tenemos unas vértebras con poca densidad ósea y no tenemos un sistema de estabilización en buenas condiciones y preparado para asumir parte de la carga que va a llegar a esa zona, esa carga se la llevará las vertebras lumbares y favorecerá la aparición de dolores en esta zona. Es decir, que si no tuviéramos esta estabilidad pasiva, la vertebra sufriría más. Aunque el cuerpo está diseñado para soportar cargas, las soporta mejor cuando estamos de pie y actualmente la mayor parte de la población pasa muchas horas sentado, por lo que existe una alteración en la distribución de las cargas.
Hoy en día el 90% de personas que han sufrido un episodio de dolor lumbar, tienen un mal funcionamiento de éste sistema, es decir, no tienen suficiente fuerza y les falta control motor a nivel de sus músculos. Por este motivo, es habitual encontrarse una cronificación del dolor lumbar.
Los pacientes con dolor lumbar pueden presentar otros tipos de dolores: muscular, cefalea, migraña, dolor pélvico, problemas uro ginecológicos u otros problemas de salud como la ansiedad o la depresión. Por eso es importante saber si el paciente tiene o ha tenido problemas cervicales, dorsales, de miembro inferior o problemas uro ginecológicos (mastectomías, incontinencias, problemas de prolapsos…).
De una manera habitual se piensa que los resultados encontrados en las pruebas de imagen (Radiografía, Resonancia Magnética) como pueden ser: degeneración discal y facetaria, desgarros del anillo, protrusiones discales, espondilistesis, estenosis foraminal o de canal con dolor del nervio, están relacionados con la lumbalgia y los tratamientos que se hacen, son pensando en esos resultados.
El problema de éste tipo de diagnóstico basado sólo en las imágenes obtenidas, es que muchas de las alteraciones encontradas en los pacientes con lumbalgia, también aparecen en sujetos que no han tenido nunca dolor de espalda. Además esos resultados, no tienen una relación en muchas ocasiones, con el nivel de dolor y discapacidad del paciente con lumbalgia. Con lo cual, es importante saber que el dolor no siempre tiene porqué ser causado por ninguno de los resultados encontrados en las pruebas de imagen.
Se ha dado muy poca importancia al efecto emocional, al funcionamiento del sistema nervioso o a los factores físicos, los cuales pueden co-existir y contribuir al mantenimiento del dolor.
El dolor es una llamada de atención causada por infinidad de factores que pueden llegar a provocar que nuestro Sistema Nervioso no funcione con normalidad. Con el tratamiento multidisciplinar (fisioterapia, psicología, cambios en la alimentación, deporte) conseguimos normalizar el sistema nervioso y la recuperación del dolor crónico.
Juan R. Carrasco Martínez.
Fisioterapeuta.
Osteopata.
Master TMO en el tratamiento del dolor.